Escaramujos
Los escaramujos de la planta de rosa rugosa son una fruta curativa excepcional que crece abundantemente en la naturaleza y en los jardines domésticos. Están llenos de vitamina C, E y K y se utilizan para ayudar a prevenir y tratar infecciones como las de la vejiga, los riñones, las vías respiratorias y los senos nasales, así como los resfriados y la gripe.
Los escaramujos ayudan a reducir la inflamación asociada con afecciones autoinmunes como la artritis y la fibromialgia. También alivian el tracto digestivo, proporcionan un efecto laxante en el colon y ayudan a prevenir la retención de líquidos y la hinchazón. También se sabe que los escaramujos previenen los mareos y los efectos del vértigo.
Los escaramujos tienen afinidad por la salud reproductiva de las mujeres, ya que ayudan a regular el flujo menstrual, alivian los calambres uterinos y previenen los trastornos mamarios. Ayudan a purificar y nutrir la sangre y el sistema linfático, lo que ayuda a prevenir enfermedades relacionadas con el estrés. Son maravillosos para fortalecer el sistema circulatorio, respiratorio y digestivo.
Los escaramujos también apoyan la glándula del timo, que es un órgano especializado que ayuda al sistema inmunológico a funcionar de manera óptima. Si tiene la suerte de tener una planta de rosa rugosa creciendo cerca de donde vive, espere hasta que los escaramujos estén suaves al tacto antes de cosecharlos. Se pueden consumir frescos o secos para su uso posterior.
Evite las semillas comiéndolas alrededor del centro o colándolas a través de un colador. Los escaramujos secos cortados y tamizados están disponibles a granel en las tiendas naturistas. El té de rosa mosqueta es una forma deliciosa de incorporar esta fruta curativa a tu rutina diaria. Use 1 cucharadita de escaramujo seco por 1 taza de agua y déjelo reposar durante 10 minutos.
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